densy en diario

Tuesday, April 08, 2008

Por supuesto, la muy puritana sociedad de aquella época (siglo XVII) no dudó en colgarle el cartel de "obseso sexual" y de "espíritu lujurioso" por realizar semejantes "experimentos" hablando de sexo. Aunque fuera del vegetal.

Estas acusaciones hicieron tanta mella en el celebre (pero reconozcámoslo, "salido") naturalista que murió temiendo el castigo divino por haber incurrido en tal aberración.

Lógico.

Vale, dejemos al lúbrico de Linneo y centrémonos en otro admirable estudioso que siempre ha sido un gran héroe para mí por aquello de ocurrírsele lo de la teoría de la evolución y tal: el genial Darwin.